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¿Cómo utilizar un descensor ocho?

El Ocho es un dispositivo ideado inicialmente para realizar descensos en rappel, sin embargo las generaciones que lo acogieron con agrado fueron capaces de ir más allá y exprimir al máximo las posibilidades de este dispositivo. Existen algunas aplicaciones más extendidas de este mecanismo ya que aunque existen muchos elementos con mejores prestaciones, este sigue estando presente en el mundo vertical dado su versatilidad y robustez. Como hemos indicado el Ocho es el rey del rappel, todos los que hemos descendido en rapel en alguna ocasión hemos utilizado alguno con certeza. Para utilizarlo como descensor basta con pasar un bucle de cuerda por dentro de orificio superior (Gran Axe) y pasarlo por detrás de inferior (Pequeño Axe) . El riesgo de este sistema es la formación del temido nudo de alondra , que una vez formado bajo tensión es muy difícil de deshacer y más aún en situaciones de rescate donde llevamos un peso extra como es el de una víctima (es especialmente peligroso en descenso de cañones en cascadas, por el riego de ahogo). Para evitar la formación de este nudo existen modelos con orejas y otras formas (cuadrado, con el orificio superior sobredimensionado e inclinado, etc.), aunque el sistema clásico de pasar la cuerda por el mosquetón de seguridad que une el ocho al arnés evita este problema , aunque esta maniobra resta fricción por lo que en descensos rápidos o con peso (maniobras de rescate, rappel con mochilas, etc.) es mejor utilizar la técnica descrita, ya que al volver a pasar la cuerda por el mosquetón recuperamos la fricción perdida. A esta técnica se le dice Vertaco. Con cuerdas congeladas, los ochos grandes suelen ofrecer una buena solución al ser difícil manejar la cuerda rígida; pero en sí, el ocho suele ofrecer poca fricción, por lo que al rapelear en cuerdas simples de menor diámetro son preferibles los más pequeños y un poco angulados (mayor contacto por un lado, pero también rizan más la cuerda). Como ya se ha indicado para aumentar la fricción se puede utilizar el Vertaco. En caso de tener que descender por cuerda doble bajo tensión (sobre todo se realiza en rescates, espeleología, big wall o trabajos verticales) el ocho ofrece la posibilidad de realizar el descenso de una forma un tanto peculiar. Consiste en unir los dos orificios del ocho con mosquetones que se enganchan cruzados a las cuerdas de descenso . Cabe destacar que los Ochos grandes y planos muestran aquí mejor performance, ya que ofrecen mayor superficie de contacto. Por otro lado existe una maniobra de conversión del Ocho de descensor a anti-retorno y viceversa llamado “Ocho a la Italiana” que puede ofrecer soluciones interesantes para: 1-Bloquear una cuerda fija 2-Remonte por cuerda fija 3-Sistema de conversión descensor/anti-retorno El Ocho a la italiana tiene la particularidad de realizarse con el Ocho colocado de costado. Si partimos de una situación de bloqueo anti-retorno: 1-Lo primero que debemos hacer es colocar el ocho de forma clásica, como en la imagen 1 y hacemos pasar la cuerda de retención (la que iría hacia abajo en un rapel) por encima de la cuerda guía (si no se hace esto antes de engancharse, tendremos que pasar la cuerda por encima nuestro).

2-Enganchamos el Ocho al mosquetón de seguro de nuestro arnés por el orificio superior, el grande o Gran Axe. Imagen 6 Ahora nos encontraremos bloqueados. Si queremos permanecer así, podemos bloquear el sistema enganchando un mosquetón entre el agujero pequeño y el mosquetón del arnés (no sería posible revertir el anti-retorno). Para realizar la maniobra de conversión se debe agarrar la cuerda de retención pasarla por encima de la de guía, haciendo un arco de 180º y pasándonos la cuerda por encima (ojo si llevamos mochila). Esto se debe hacer con la mano fuerte (mano de seguridad), la que retendrá el descenso. La secuencia de imágenes 7 y 8 muestran el movimiento. Es importante tener en cuenta que el ocho de esta forma ofrece poca fricción. Desde la posición anti-retorno (imagen 6) existe una variante para realizar descensos más controlados que consiste en utilizar el agujero pequeño a modo de palanca, ya que si se ejerce fuerza hacia abajo descenderemos, pero en caso de soltar el ocho volveríamos a la situación de anti-retorno (cuidado con los ochos cuadrados, que no giran tan fácilmente). Cabe destacar que en todas estas maniobras, el acompañamiento de un nudo prusik , machard u otro nudo autoblocante no está de más para obtener mayor seguridad. Por último, recordar que el ocho desde antaño se ha utilizado como sistema de aseguramiento, aunque actualmente es raro ver a alguien asegurar con uno ya que los estándares de retención ante una caída, son mucho mejores utilizando una placa de aseguramiento o directamente el nudo dinámico. En si se puede utilizar de la misma forma que rapeleamos, como en la imagen 1 o como una placa de freno como en la imagen 10 (el cordín es para evitar la pérdida del dispositivo o bien que este se levante). Cabe destacar que existen algunos Ochos como el CMI Rescue Eight o el Black Diamond que poseen el pequeño Axe especialmente diseñado para ser utilizado como placa y estos dan una relativa fricción mayor que cualquier otro ocho del mercado. Utilizar el Ocho como asegurador conlleva sus riesgo ya que no es fácil detener una caída (sin guantes la técnica es más difícil aún ya que la mano ejerce fricción). Aunque hoy en día muchos escaladores utilizan placas de aseguramiento no solo para asegurar, sino también rapelear. Es recomendable siempre llevar un ocho colgando del arnés, por lo que pudiese pasar, ya que ante una situación de rescate donde debamos realizar una maniobra de bloqueo simple o compleja, una placa es MUY difícil de bloquear. Como verán, el Ocho parece tener asegurado muchas más décadas de uso en el mundo vertical. ©2008 GOER

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